jueves, 18 de agosto de 2016

La Prohibición de exhibir el cuerpo y el pelo



Alabado sea Allah, Señor de los mundos, Elogia a nuestro Profeta Muhammad صلى الله عليه وسلم, a su familia, a sus Sahabas, y a todo aquel que sigue su Sunna y su guía hasta el Día del Juicio.

Ciertamente, la mayor gracia de Allah para con sus siervos es la gracia del Islam y la guía para seguir la Sharia del Profeta Muhammad صلى الله عليه وسلم. Esa ley que encierra el bien y la felicidad en esta vida y la victoria, la salvación y el éxito en el Día de la Resurrección para todo aquél que la practique y siga su recto sendero.

El Islam llegó para proteger la honra de la mujer y conservarla, dándole el lugar que se merece, e insiste en alejarla de todo aquél que la denigra y mancilla su honra. Por eso le fue prohibido estar a solas con hombres ajenos, viajar sin familiares o exhibir su cuerpo, algo por lo que Allah maldijo la ignorancia, por ser una de las causas de tentación para las mujeres y la aparición de obscenidades.

Allah dijo, dirigiéndose a las esposas del Profeta صلى الله عليه وسلم: 

¡Quedaos en vuestras casas! ¡no os acicaléis como lo hacían las antiguas paganas!¡Haced la oración!¡Dad limosna!¡Obedeced a Allah y a Su enviado!. Allah sólo quiere libraros de toda mancha, gente de la casa del Profeta, y purificaros por completo. (33:33)


Al decir exhibición del cuerpo, nos referimos a mostrar las partes atractivas y tentadoras. El Islam prohibió a la mujer mezclarse con los hombres ajenos a ella y le prohibió endulzar la voz al hablarles para evitar toda tentación y deseo de cometer alguna obscenidad. 

Como dijo Allah:

¡Mujeres del Profeta! Vosotras no sois como otras mujeres cualesquiera. Si teméis  a Allah, no  seáis tan complacientes en vuestras palabras para que no llegue a anhelaros el enfermo de corazón. Hablad mejor como se debe.(33:32)

La enfermedad del corazón se refiere aquí al deseo libidinoso.

El Islam también ordenó a la mujer que sea sobria al vestirse y que use el velo para conservarse y conservar la pureza de corazón de los demás. 

Allah dijo:

¡Profeta! di a tus esposas, a tus hijas y a las esposas de los creyentes que se cubran con el manto. Es lo mejor para distinguirlas y que no sean molestadas. Allah es Indulgente y Misericordioso. (33:59)

y ...Cuando les pidáis un objeto, hacedlo detrás de una cortina. Es lo más decoroso para vosotros y para ellas. (33:53)

Las mujeres obedecieron las órdenes del Profeta صلى الله عليه وسلم y se apresuraron a usar el velo y a cubrirse ante los hombres ajenos. Abu Dawud recopiló un relato fiable de Um Salama, que dijo: "Cuando esta aleya descendió salieron las mujeres de los ansares como si tuvieran cuervos negros sobre la cabeza, cubriéndose con vestidos negros".

El Iman Ahmad, Abu Dawud e Ibn Umaya recopilaron el relato de A'isha, madre de los creyentes:"Cuando los jinetes nos pasaban mientras peregrinábamos con el Mensajero de Allah, cada una de nosotras se cubría el rostro con su velo, y cuando se alejaban, nos descubríamos."La madre de los creyentes, A'isha, fue la mujer más completa en su religión, su sabiduría, sus virtudes y modales. El Mensajero de Allah صلى الله عليه وسلم  dijo sobre ella: "El honor de A'isha sobre las demás creyentes es como el privilegio del manjar frente a las demás comidas".

Cuando el Profeta صلى الله عليه وسلم mandó que las mujeres salieran al lugar de la oración del Aid, le dijeron: "Alguna de vosotras no tiene velo". Él respondió: "Que algunas de sus hermanas les presten el velo". (Lo trasmitieron Bujari y Muslim). 

De este hadiz tomamos que las mujeres acostumbraban a no salir a la calle sin velo y el Profeta tampoco se lo permitió en esa ocasión para evitar la tentación, para protegerlas de posibles causas de corrupción y para purificar los corazones de los demás, a pesar de que ellas vivieron junto a la mejor generación, cuando los hombres y mujeres eran gente de fe y estaban lejos de toda sospecha o duda.

En los dos sahih hay un hadiz confirmado de A'isha, que dijo: "Cuando el Profeta صلى الله عليه وسلم rezaba la oración del alba, solían asistir mujeres cubiertas con sus mantos; luego volvían a sus casas en la oscuridad, sin que nadie las reconociera."

Este relato nos prueba que el velo y el recato eran una costumbre de las mujeres de los sahabas la mejor generación, la más honrada frente a Allah, la de más alta virtudes, de mayor fe y mejores modales y obras. Son el mejor ejemplo para las generaciones siguientes.

Si comprendimos lo anterior, veremos que lo que hacen algunas mujeres de nuestra época, que se descubren para verse más elegantes, se descuidan con el velo, exhiben sus atractivos a la gente ajena y salen a los mercados perfumadas y ormentadas, es una violación de la Ley Islámica y la costumbre de nuestros piadosos ancestros. Es un mal que nuestros gobernantes, los sabios y los policías deben detener y no tolerar, cada uno según sus posibilidades y los medios que posea para prohibir este mal.Se debe convencer a las mujeres que se cubran y usen el velo, de que se vistan de forma sobria y recatada y que no busquen el encuentro con los hombres en los mercados.

Otra de las costumbres reprochables de esta época es la de poner un pequeño podio donde se sientan los recién casados entre las mujeres descubiertas y con el cabello suelto,  a los que se unen, A veces, parientes del novio o de la novia. No es dificíl comprender, para quien tiene una naturaleza sana y  celo  por la religión, que esto es un gran mal.Permitir a los hombres ajenos mirar a mujeres descubiertas y atractivas trae consigo un sinfín de nefastas consecuencias; es obligatorio detener esto y prohibirlo de una vez por todas, para cortar los medios a la tentación sexual y preservar las reuniones femeninas de la violación de la pura Ley del Islam.  

Verdaderamente, aconsejo a mis hermanos musulmanes, en este país y en otros, que teman a Allah y respeten Sus leyes en todo; que eviten todo lo que Allah les vedó y que se alejen de todos los medios de corrupción y maldad en las bodas y otras celebraciones, buscando la complacencia de Allah y evitando todo cuanto pueda enojarle y provocar Su castigo.

Pido a Allah el Generoso que agracie a todos los musulmanes con el seguimiento de Su Libro y el aferramiento a la guía de su Profeta صلى الله عليه وسلم y que nos proteja de las tentaciones de perdición y las pasiones de la líbido; que lo justo aparezca como justo y nos agracie con su práctica, y nos muestre lo falso como falso y nos conceda alejarnos de ello. Ciertamente Allah es el mejor a quien pedir.

Que la Paz y las bendiciones de Allah sean con  Su siervo y Mensajero, nuestro profeta Muhammdad, con su familia y sus sahabas.


Su excelencia, el Sheij Ibn baz 4/242

(*) Esta fatwa fue emitida por la oficina de su excelencia en fecha 13/02/1409 H

Extraído de Libro Fatwas importantes para toda la nación 
Sheij Abdul-Aziz Ibn Baz
Sheij Muhammad Ibn Uthaimin
págs 189-194
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